sábado, 2 de julio de 2011

Antiguos Baños de las Delicias y Sala María Cristina



Vista aérea del espacio.


El antiguo convento de San Luís el Real llegó a ser uno de los más importantes centros religiosos en la Málaga de la Edad Moderna. No en vano su propio nombre ya nos pone en preaviso sobre quienes fueron sus fundadores. Tras la toma de Málaga a los nazaríes, los Reyes Católicos cedieron a la orden franciscana tanto terrenos como materiales para empezar a erigir el complejo religioso.

Ésta obra iniciada en estilo mudéjar se fue ampliando sucesivamente gracias al patronazgo de importantes personajes locales y a la instalación en su iglesia de muchas de las cofradías más pujantes de la villa. Así se fueron añadiendo capillas funerarias a la obra original hasta configurar uno de los espacios religiosos de más envergadura de la ciudad.

Sin embargo dada la precariedad de la obra original (por lo humilde de sus materiales) y los continuos destrozos producidos por parte de las crecidas del río Guadalmedina, hicieron necesarias continuas obras de reparación en la fábrica del complejo, siendo las más importantes las ejecutadas a lo largo de la centuria dieciochesca y que según los documentos conservados le dieron a la capilla un aspecto barroco. Con la llegada a Málaga de las aguas del acueducto de San Telmo, se construyó una fuente en la parte trasera del convento (hoy en calle del Cristo), esta fuente servía además para recoger aguas destinadas al riego de las huertas del cenobio. Su ejecución parece deberse a Aldehuela y se fecha hacia 1790. Tipológicamente se resuelve mediante un pilón de ladrillo adosado a la pared del que surgen dos mascarones(entre los cuales existe un escudo franciscano), que vierten directamente a la taza de piedra blanca. El conjunto se remata por un frontón curvo coronado por bolas.



Fuente de calle los Cristos.


Al igual que otros muchos edificios religiosos de la ciudad, el convento fue desamortizado en 1836. En un principio se pensó en la instalación de una escuela de artes y ciencias la cual nunca llegó a llevarse a cabo. Un año después el arquitecto Rafael Mitjana redactó un informe técnico sobre la situación ruinosa del conjunto por encargo de Antonio María Álvarez. En este documento se hablaba del expolio que habría sufrido el edificio y el avanzado estado de ruina en el que se encontraba. Álvarez presionó a las autoridades a que se deshiciesen del conjunto, y así, tras ser sacado a pública subasta, fue adjudicado al único postor, que no fue otro que el propio Álvarez. Este personaje puede considerarse como uno de los mayores especuladores de la época, no en vano, a él también se debió la construcción del pasaje que llevó su nombre, el Pasaje de Álvarez (hoy de Chinitas), construido sobre el antiguo convento de las Agustinas Descalzas en la antigua Plaza Mayor.
De sus antiguos claustros se conservaron algunas columnas que hasta 1975 quedaron integradas en el antiguo convento de las Madres Reparadoras, año en que se procedió a su demolición.

Tras el derribo de la mayor parte del conjunto, Álvarez procedió a la reordenación de los espacios con la apertura de varias calles, la construcción un conjunto de viviendas, unos baños y la primera plaza de Toros como tal de la ciudad (las anteriores habían tenido un carácter provisional). Esta plaza al igual que las viviendas que se elevaron en lo que en otro tiempo habían sido las huertas del convento fueron encargadas al arquitecto Rafael Mitjana, mientras que los baños fueron trazados por José Trigueros.



Proyecto para la fachada de los baños de las Delicias.



Estado actual de la fachada de los antiguos baños.


Estos baños tenían un trazado de clara influencia romántica, muy en boga en la época, así se elevaron columnas, templetes, fuentes ornamentales y arcadas que se veían complementados con los jardines situados en las antiguas huertas del convento. Hoy en día se conservan algunos restos de estos baños integrados en el garaje de las Delicias, aunque el conjunto está muy alterado. Sin embargo contamos con un grabado de la época realizado durante la visita de la Reina Isabel II a la ciudad en 1861 durante su presencia en una corrida de toros. En este grabado podemos ver a la reina junto a una de las fuentes de los antiguos baños, fuente que se resolvía como un pequeño templete circular escalonado que es el mismo que hoy en día se halla en el garaje.



Grabado de la visita de Isabel II a los baños.


Parte del edificio fue ocupado por el antiguo Liceo de Málaga cuyas obras acabaron en la década de los setenta del siglo XIX. Por este tiempo en la antigua iglesia se instaló la sala de conciertos de la Sociedad Filarmónica de Málaga, este espacio conservó parte de los muros del templo como demuestran imágenes de los años cuarenta del siglo XX.



Vista lateral de la antigua iglesia y del torreón mudéjar antes de construirse el garaje.


En la decoración de los techos de esta sala intervinieron los más selectos pintores de la época en Málaga, figuras como Martínez de la Vega, Denis Belgrano, Javier Cappa o José Nogales contribuyeron a hacer de este espacio uno de los lugares de mayor interés patrimonial de la ciudad tanto por la calidad de las obras que alberga como por lo refinado de la decoración del conjunto. Dentro del edificio destaca el salón Mudéjar (por la decoración neomudéjar que presenta, el salón de los espejos, el cual conserva sendas pinturas de carácter floral obra de José Nogales sobre dos espejos que se habían visto afectados por el terremoto de 1884 o el imponente salón de actos con todo su techo plagado de pinturas de Belgrano, Martínez de la Vega y Cappa.



Fragmento de la Coronación de Dante obra de Martínez de la Vega.



Salón de actos con parte de la obra "La Aurora" de Denis Belgrano.


En 1880 Eduardo Ocón Rivas transformó la antigua Sociedad Filarmónica en el Real Conservatorio María Cristina, nombre que aún ostenta la sala, pese haber sido trasladado el Conservatorio al Ejido en los años setenta.

El edificio sufrió algunas reformas a lo largo del siglo XX. La portada de su fachada que hoy en día podemos ver, fue trasladada desde el antiguo palacio de Valdecañas. En 1975 fue intervenido por Enrique Atencia por iniciativa de la Caja de Ahorros de Ronda (hoy Unicaja), interviniéndose sobre el torreón de tradición gótico-mudéjar situado a los pies del edificio. La última intervención fue llevada a cabo en el año 2009 (también por Unicaja) con el propósito de restaurar el conjunto para que pudiese seguir acogiendo representaciones musicales, dotarlo de mejores servicios y hacerlo más accesible.

Lo cierto es que la restauración llevada a cabo en el antiguo conservatorio ha recuperado todo su esplendor. Sin embargo los antiguos baños se encuentran totalmente olvidados por parte de su propiedad, de hecho no se nos autorizó a tomar imágenes de los restos que aún existen dentro del garaje.

Un espacio con tantísima riqueza histórica y arquitectónica debería ser recuperado y puesto en valor, ello revitalizaría una zona bastante "olvidada" inmediata al Centro Histórico de la ciudad.