jueves, 29 de diciembre de 2011

Rehabilitación del antiguo cine Astoria


Vista de los antiguos cines Victoria y Astoria.


Restos de la cripta del Hospital de Santa Ana.


Primitivo cine Victoria a la derecha y edificaciones sobre el antiguo hospital.



Restos de la capilla del Hospital en las primeras décadas del siglo XX. Nótese la decoración de los arcos.



Si aún existía una mínima esperanza en cuanto a la desaparición de uno de los inmuebles que más alteran la estética decimonónica de la plaza de la Merced, ésta se ha desvanecido definitivamente en el día de hoy.


Los antiguos cines Astoria y Victoria pasaron a manos municipales tras un complejo proceso en el que el finalmente el Ayuntamiento adquirió los edificios a la constructora Baensa por una cifra cercana a los treinta millones de euros, cifra bastante “abultada” teniendo en cuenta los tiempos que corren y que en el pasado ya se dejó pasar la oportunidad de hacerse con este espacio por mucho menos dinero.


En el espacio que hoy ocupan los mencionados cines existió tras la reconquista cristiana de la ciudad un mesón otorgado a Don Íñigo Garci Fernández de Manrique destinado al alojamiento de los musulmanes que por diferentes motivos tenían que pernoctar en la ciudad, dada la prohibición de hacerlo dentro de las murallas. Tras la toma de Granada dejó de tener esta función. En el siglo XVI dos ermitaños de la Orden de San Juan de Dios fundaron sobre este antiguo mesón un hospital destinado a los pacientes de enfermedades relacionadas con la transmisión sexual (sobre todo sífilis). El “sanatorio” se situó a extramuros de la ciudad aunque junto a la muralla que defendía el arrabal de la Fontanella, de la cual en las recientes obras de la plaza de la Merced han aparecido restos, al igual que ocurrió tras excavar bajo las butacas del cine Victoria donde apareció parte de la cripta del complejo.


A lo largo de su dilatada historia, el denominado hospital de Santa Ana, acogió también a enfermos de las numerosas epidemias que asolaron la ciudad a lo largo de la Edad Moderna. En una urbe carente de unos mínimos servicios sanitarios, la labor ejercida desde este centro fue considerable.


En el momento que sus rentas y limosnas decayeron, los enfermos fueron trasladados al hospital de San Juan de Dios dejando de ejercer el de Santa Ana, el cual fue demolido, pese a ello su iglesia se mantuvo abierta al culto al menos hasta 1870. Fotografías de principios de siglo XX muestran restos del templo integrados en unos almacenes, mientras que en el resto del solar se edificaron casas de pequeña altura. En 1913 se inauguró el primitivo cine Victoria, el cual estuvo en uso hasta 1968, año en que fue demolido. En 1979 se volvió a reedificar en su mismo emplazamiento sin que la solución arquitectónica empleada estuviese en sintonía con la plaza en la que se insertaba. El cine Astoria por su parte fue construido en 1966 lindando con el cine Victoria. Estuvo en uso, al igual que el Victoria hasta el año 2004, cuando los últimos inquilinos de las plantas superiores se marcharon y los cines cerraron. Luego se han sucedido distintos planes urbanísticos para el espacio, desde viviendas de lujo, hasta la ampliación de la Casa Natal de Picasso, pasando por el "Museo de los Museos".


Tras un proceso largo y no exento de polémica el Ayuntamiento compró los edificios para dotarlos de un “uso cultural”, ello constituye una excelente noticia, no tanto la cifra millonaria pagada ni la anunciada intención de invertir más de dos millones de euros en la rehabilitación de unos inmuebles que atentan gravemente sobre su entorno. El antiguo cine Astoria tanto por su altura (casi siete plantas) como por su estilo, es sin duda el elemento arquitectónico más distorsionador dentro de la plaza de la Merced haciéndose totalmente necesaria su sustitución por otro acorde con el lenguaje histórico de la plaza, o en su caso el derribo a la espera de que “vengan tiempos mejores”.


Antiguas viviendas sobre los restos del hospital.

En cuanto la idea de dejar abierto este lado de la plaza, lo cierto es que pese a que la de la Merced siempre fue una plaza cerrada por este costado, la altura de las edificaciones que aquí se situaron permitieron la visión tanto de la Alcazaba como del castillo de Gibralfaro, elemento que habría que tener en cuenta de cara a una “supuesta” sustitución del espacio.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Málaga en el mundo I: La loza dorada






Excavaciones en calle Chinchilla, horno y complejo alfarero.




Hornos recientemente excavados en calle Dos Aceras.


Hubo un momento en que Málaga (Malaqa) era algo más que la capital de la pujante Cora de Rayya, su nombre era un distintivo de calidad y de por sí constituía una “marca” que finalmente se acabó extendiendo a otros centros alfareros del Reino de Granada. Nos referimos a su famosa “loza dorada”, producto producido en nuestra ciudad desde al menos el siglo XIII. La decoración dorada de relejos metálicos se conseguía tras un complejo proceso artesanal que exigía diferentes fases de elaboración en las que la química jugaba un papel fundamental. Por ello y lo exclusivo de su producción, la loza era un producto de lujo al alcance de muy pocos, destinándose la mayor parte de su producción al comercio exterior desde el activo puerto malacitano.

Diferentes autores musulmanes nos mencionan la producción en Málaga de la loza, así en 1337, Ibn Fadl al-´Umari (1301-1349) sitúa la cerámica dorada de Málaga entre las mejores del mundo. Ibn Al –Jatib (Loja 1313-Fez 1374) menciona la pujanza de la industria alfarera en nuestra ciudad en la obra “Excelencias entre Málaga y Salé”, en la que se comparan una y otra y se expresan los roces entre Al-Ándalus y los bereberes del norte de África. Por su parte el famosísimo viajero Ibn Battuta (Tánger 1304-Fez ¿1368/1377?), escribía tras su visita a nuestra ciudad hacia 1350: “en Málaga se hace la maravillosa cerámica dorada que se exporta a los países más remotos”.

En el mundo cristiano esta fama no era en absoluto menor, todo lo contrario. Sabemos que en 1289 arribó al puerto inglés de Sandwich un barco con cerámica malagueña destinada a la reina Leonor de Castilla, casada con el rey Eduardo I de Inglaterra. Así tenemos el testimonio de un empleado del puerto de la llegada de 42 cuencos (ataifores y jofainas), 10 platos y 4 jarras de barro de “color extranjero " (extranei coloris). A uno de estos encargos debe corresponder la presencia del famoso Ataifor de la Nave del Victoria & Albert Museum de Londres así como otros fragmentos de loza dorada malacitana presente tanto en los fondos de este museo como en la propia Torre de Londres.

Restos de loza dorada malagueña han sido encontrados en lugares como Fustat (cerca de El Cairo), Pisa (fruto del comercio genovés tan presente en nuestra ciudad en época nazarí), Génova, Francia, Alemania, Norte de África, etc.

La producción de loza dorada vive su apogeo a lo largo del siglo XIV, hacia 1450 se evidencia el declive de los talleres malacitanos a la vez que aumentan las producciones de la parecida cerámica de Manises en Valencia (hay quien habla de que esta técnica fue introducida por artesanos llegados desde Málaga). Con la conquista cristiana de la ciudad en 1487 desaparecen definitivamente las producciones de loza dorada en Málaga, aunque el espacio que había venido acogiendo sus talleres no perdió hasta el siglo XIX su vocación alfarera. El nombre ciudad como centro emisor de loza dorada pervivió tras el cese de las producciones. Así la palabra italiana Maiorica (técnica italiana que parece arrancar en el siglo XVI), parece derivar de “Opera di Mallica” usado desde el siglo XV para designar la mercancía italiana exportada desde el puerto de Málaga.

Hasta hace relativamente poco gran parte de las producciones que hoy se saben malacitanas, venían atribuyéndose a centros como Granada o Manises, no fue hasta las excavaciones llevadas a cabo por don Juan Temboury en la Alcazaba desde los años treinta del siglo XX, fruto de esta intervención apareció un numeroso lote cerámico que cambió la percepción sobre el origen de estas cerámicas.

Lo cierto es que gracias a la las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el denominado barrio alfarero en el entorno de las calles Ollerías, Parras, Chinchilla, Alta y Dos Aceras, se pudieron documentar numerosos hornos cerámicos que demuestran la orientación industrial de esta zona dentro del arrabal de Fontanella al menos desde el siglo XI. Muchos de estos hornos han desaparecido tras ser excavados sin que por parte de las administraciones se haya procurado su conservación, en otros se han extraído y trasladado (a la espera de buscárseles una nueva ubicación), por último en algunos casos han sido mantenidos in-situ para una futura puesta en valor. Esto último ocurrió en calle Chinchilla, sin embargo según informaciones de la Junta de Andalucía, esta idea ha sido desechada recientemente optándose ahora por la construcción de viviendas de protección oficial (VPO). Pese a ello, en las últimas semanas la zona ha vuelto a ser motivo de polémica tras la aparición en la calle Dos Aceras de cuatro hornos nazaríes (coetáneos al apogeo de las producciones de loza dorada) en buen estado de conservación que en un principio la Junta de Andalucía iba a obligar a integrar en el proyecto municipal diseñado para este espacio. Sin embargo y para sorpresa de todos, tras la reunión mantenida con responsables de urbanismo del Ayuntamiento de Málaga, se dio marcha atrás y simplemente serán cubiertos, perdiéndose una vez más una oportunidad única de mostrar al público uno de los elementos que hicieron de Málaga un referente internacional, su producción alfarera en la Baja Edad Media.

A continuación vamos a describir las cuatro primeras imágenes, todos ellos ejemplos de loza dorada:

1- El Ataifor de la Nave es uno de los mejores ejemplos de la técnica de la loza dorada malagueña que han llegado hasta nosotros. Análisis hechos en sus pastas en 1983, vivieron a confirmar la procedencia malacitana de esta obra (hasta entonces se clasificaba como cerámica de Manises). Fue elaborado en la primera mitad del siglo XV con las mejores técnicas de la loza dorada de reflejos metálicos. Así el motivo central de la composición es una coca cristiana -uno de los barcos más usuales en la Baja Edad Media europea-, de tres palos. La vela del palo mayor aparece desplegada portando un escudo con una cruz dentro, esto ha llevado a pensar que se trata de las armas del antiguo reino de Portugal, aunque lo cierto es que no es extraño encontrarse con este tipo de decoraciones en época nazarí. El motivo central (barco) es bastante escaso en la península ibérica, siendo más común en producciones de Oriente Medio.
En la parte baja del conjunto aparecen cuatro peces dando dinamismo a la escena. En el castillo de popa se enarbolan tres banderas que son movidas por el viento. El conjunto está enmarcado por una serie de bandas alternando el dorado con distintas tonalidades de azul de cobalto. Por lo delicado de la decoración y la ejecución de la escena central, podemos afirmar que se trata de una obra maestra dentro de los ataifores con la técnica de la loza dorada. Por ello esta pieza ha participado en exposiciones en lugares como Washington, Texas o Tokio.

2- Aquí podemos observar la parte inferior de otro ataifor encontrado en las excavaciones de Fustat (El Cairo). Lo interesante de este plato de loza dorada en azul de cobalto es la leyenda Malaqah (Málaga) que aparece en el centro aclarando su origen y el renombre que llegaron a alcanzar las producciones del sultanato nazarí.

3- El denominado Ataifor de la Nao es una de las piezas más famosas del Museo de Málaga. Fue descubierta en las excavaciones de la Alcazaba en un estado fragmentario, siendo fruto de una reconstrucción y reinterpretación la obra que podemos contemplar. Cronológicamente es algo anterior al de Londres, estando la pieza de Málaga datada en el siglo XIV. La técnica es también el de la loza dorada, apareciendo colores como el famoso azul de cobalto. Al igual que en el otro ataifor, podemos observar varios peces bajo el casco del buque, dando un ambiente marino a la escena. En este caso una nao representada no alcanza el detallismo de la obra de Londres, aunque también hay que reconocer que parte del ataifor se ha perdido.

4- Este azulejo de reflejos metálicos proviene de la Alhambra aunque actualmente esté depositado en el Victoria&Albert Museum de Londres. Pese a que haya sido atribuido a un taller malacitano, lo cierto es que debió producirse en los talleres cerámicos que se situaron en la propia Alhambra para surtir de los materiales que habrían de decorar el palacio. Se encuentra recortado en las esquinas con el fin de insertar piezas más pequeñas entre los azulejos. El motivo del mismo es el de un escudo central rodeado de motivos vegetales y geométricos. Existe una leyenda en una banda dentro del escudo, ésta dice “Sólo Dios es vencedor.”

No hemos querido abordar el tema de los famosísimos “jarrones de la Alhambra”, hoy en día dispersos por los mejores museos mundiales. Existe la teoría de que también eran obras malacitanas, aunque hay investigadores que hablan de la gran dificultad existente en la época para trasladar piezas de tales dimensiones (hasta 1,7 metros) por caminos interiores sin que éstas se rompiesen. Es muy posible que algunos de ellos sí se fabricasen en la propia Granada, aunque siguiendo la afirmación anterior debió ser Malaqa el puerto de salida de aquellos con los que se comerció, y por ende su lugar de fabricación.

martes, 6 de diciembre de 2011

Complemento a la entrada anterior






Les dejo un fragmento de una de las láminas que entregó a principios de los años 90 el desaparecido Diario Málaga-Costa del Sol. En este detalle puede verse como a excepción de la Casa del Obispo (en la actualidad muy intervenida y sin el torreón original que sí se aprecia en la imagen), y la Iglesia de Santo Domingo (cuyos restos del convento fueron derribados en su totalidad posteriormente), es la vivienda nº 28 de la calle Cerrojo el único ejemplo que ha sobrevivido a la auténtica catástrofe urbanística que asoló el barrio del Perchel en la década de 1990 y primeros años del siglo XXI. Todo un documento gráfico de un espacio que pasó a la historia.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Rehabilitación singular en la calle Cerrojo






Tras una vida dedicada en lo profesional a la enseñanza, Enriqueta puso sus miras en un inmueble que había venido perteneciendo a su familia y se empeñó en rehabilitarlo sin alterar su fisonomía y respetando al máximo su carácter histórico.

El edificio en sí está ubicado en la calle Cerrojo nº 28 constituyendo una “isla” rodeada por solares que son fruto de la intensísima especulación urbanística que se ha venido ejerciendo en esta zona. La fachada principal linda con el número 30, un anodino inmueble levantado en el año 2007 respetando únicamente la altura del entorno.

Lo singular de este espacio es que se trata del único inmueble privado que ha sido rehabilitado tanto en su calle como en su entorno más cercano, siendo una auténtica excepción en la tónica habitual seguida en el Perchel Alto, más cuando el inmueble no contaba con ningún tipo de protección urbanística.

Desde los años 80, los distintos planes urbanísticos han venido afectando gravemente a la zona, así tras descartarse que barrios como el Perchel o la Trinidad constituyesen parte del conjunto histórico artístico de la ciudad, se sucedieron planes que a la larga han provocado la práctica desaparición del entramado urbano de la zona. Si bien algunos de estos planes procuraron la conservación tanto de las tipologías como de las alturas, lo cierto es que el lenguaje arquitectónico que se siguió supuso la ruptura del lenguaje histórico de la zona al desaparecer literalmente calles enteras con excelentes ejemplos de arquitectura doméstica de los siglos XVIII , XIX y principios del XX (como el cine Plus Ultra del Llano de la Trinidad), para ser sustituidas por bloques de pisos, avenidas, oficinas, hoteles y nuevas “casas de vecinos” o “neocorralones” en los que ni la arquitectura ha sabido sintonizar con la zona y en la que sus nuevos moradores nunca se habían sentido pertenecientes. Esto es, la pérdida de la población de siempre y su sustitución (con todos los respetos) por gentes sin apego alguno al barrio, algo que también ha ocurrido en lugares como en el barrio de la Trinidad o en la Cruz Verde.

Este edificio se construyó, como bien indica el frontal calado del zaguán, en 1878, desde entonces parece ser que se estructuró en dos partes diferenciadas; en las crujías que se abrían a la calle Cerrojo se situaron las viviendas mientras que en la parte de atrás se construyó un torreón de ladrillo que cumplía funciones de almacén a la vez que de “mirador”. Sobre la altura de este espacio, nos aventuramos a proponer que quizás era debido a las limitaciones urbanísticas de la época en cuanto a las alturas máximas a las vías que daban los edificios.



En la década de 1930 pasó a manos de Salvador Fernández López (emparentado con los López Hermanos), quien se trasladó junto con su familia desde la esquina entre la avenida de la Rosaleda y la calle Postigo de Arance, lugar donde poseía un lagar de pisar uva. En la nueva vivienda familiar Enriqueta cuenta que su abuelo compraba vino que se almacenaba en los bajos del torreón para ser vendido posteriormente al por menor (aún se conservan varios barriles).

La fachada principal es de gran sencillez, consta de dos alturas, en cada planta se abren tres balcones de escaso vuelo con el antepecho de forja. Antes de la rehabilitación los balcones centrales contaban con sendos cierros de madera que debido a su mal estado fueron retirados conservándose parte de ellos para una futura reinstalación. El resto de las fachadas carecen de decoración por ser medianeras con antiguos edificios.

En el interior la rehabilitación ha mantenido la división en dos espacios entre la vivienda y el torreón a través de dos patios originales. Se han conservado entre otros elementos, todos los muros perimetrales, las cubiertas de teja árabe, las vigas de madera, las escaleras de mármol con barandilla de forja y pasamanos de madera, otra escalera de caracol en la parte alta del torreón, etc. Así mediante una reforma del conjunto y el reaprovechamiento de espacios antes destinados a almacenaje, se ha obtenido diez viviendas.







Queremos hacer constar que los solares que circundan la vivienda pertenecen a la EPSA (Empresa Pública del Suelo de Andalucía) cuya sede se encuentra a pocos metros en la Casa del Obispo. El proyecto contemplado para estos solares cegaba a las ventanas que se abrían en el torreón, por ello hubo que modificar el proyecto y cambiar la disposición de éstas agrupándolas en un solo ventanal por planta.
Una de las joyas de este edificio son sus magníficas vistas sobre el centro histórico. Si nos retrotraemos en el tiempo y nos vamos a la época de su construcción, desde la azotea del torreón podía divisarse toda la ciudad con sus monumentos más emblemáticos como son Catedral, Alcazaba, Castillo de Gibralfaro, Iglesias de San Juan, Santo Domingo, San Pablo, Convento de la Trinidad, río Guadalmedina, etc.



Queremos agradecer a Enriqueta la rehabilitación tan singular que ha llevado a cabo en su casa, así como por habernos dado permiso para acceder a este edificio, también a Pepe Percheles por el completo reportaje fotográfico llevado a cabo.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Amenaza de demolición del Corralón de las dos Puertas






A continuación les dejo la noticia publicada en el día de hoy en el diario La Opininón de Málaga relativa al Corralón de las dos Puertas, el único original de la ciudad:

Tan de manual es el acoso inmobiliario sufrido por los inquilinos del corralón de las Dos Puertas, en la calle Curadero, 6 (detrás del colegio de La Goleta) que la Oficina del Defensor del Ciudadano lo incluyó en el libro El acoso inmobiliario. Una lucha desigual (2008), reflejo de la cara menos amable de la pasada bonanza del ladrillo.

Vecinos nacidos en este corralón centenario, llamado de las Dos Puertas porque tiene salida a las calles Curadero y Rosal Blanco, vieron cómo en 2001 una empresa se hacía cargo del edificio dándoles un par de días para abandonar el corralón, mientras, además de desentenderse del mantenimiento, enviaba a un chatarrero por la noche para desmontar el tejado.

La propiedad no se olvidó de pedir la declaración de ruina del inmueble, algo denegado por Urbanismo en 2002, pero que un juzgado ratificó en 2005 tras un contencioso administrativo y a continuación, interpuso una demanda de desahucio.

La reacción de los 16 inquilinos, informa Vicente Muñoz Mundina, abogado de uno de ellos, fue a su vez demandar al actual propietario y al anterior por el incumplimiento de las obligaciones derivadas del arrendamiento.

Y es que, como pudo comprobar La Opinión en 2009, uno de los vecinos era el encargado del mantenimiento del corralón, ante la clara dejación de funciones de la propiedad.

Pero este episodio propio de la Inglaterra de Dickens dio un giro con la expropiación del corralón de las Dos Puertas por parte de Epsa, la empresa pública de suelo de la Junta de Andalucía. Ante este cambio de dueño, la empresa propietaria informó en enero de este año de que desistía de la demanda de desahucio, pero los 16 inquilinos –cuyos abogados siguen la misma línea– continúan pidiendo responsabilidades al nuevo y al anterior propietario.

En la demanda contra estos, presentada en el Juzgado de Instrucción número 7 de Málaga, los inquilinos reclaman el realojo en viviendas de las mismas características por el mismo precio o en su caso, indemnización económica además de indemnización por daños y perjuicios por haber soportado unas condiciones lamentables, aparte de que los propietarios se hagan cargo de las costas del juicio.

La paradoja de este asunto es que la declaración de ruina persiste y que la desatención ha dado sus frutos. ¿Cuál será el destino de los vecinos?, en algunos casos, recordemos, llevan toda la vida viviendo en el corralón, donde nacieron, como contaba en 2009 Encarna González, que vino al mundo en ese edificio hacía entonces 74años.

Del destino del corralón y de los inquilinos habla Juan Alcaraz, gerente de Epsa, que destaca que al estar declarado en ruina no puede recuperarse, «no tiene solución». En todo caso, informa de que Epsa ha sacado este espacio a concurso, junto con otros tres, para que los arquitectos presenten proyectos. A este respecto, Alcaraz indica que podría plantearse un edificio «como se ha planteado en Trinidad-Perchel, que respeta el patio interior que le dé una vida común», pero con las comodidades de las que carecían los corralones tradicionales. «Pero hay que esperar a ver los proyectos», apunta.

En relación con los vecinos, reconoce que «habrá que favorecer alguna solución de vivienda porque la indemnización es nada y con ese dinero no pueden pagar un alquiler».

Lo que no está claro es qué tipo de vivienda será el edificio que sustituya al corralón, en una zona, dice el gerente, «con muchas viviendas de régimen especial». «En todo caso, aunque estas familias cambiaran de vida, no se les va a llevar a Campanillas», apostilla.

En este sentido, comenta que para el caso de las personas mayores que llevan toda la vida en el corralón de las Dos Puertas, «intentaremos que estén lo más cerca de su entorno». Las puertas siguen entornadas.

Alfonso Vázquez.

La imagen del interior del corralón procede de la Opinión de Málaga.

lunes, 31 de octubre de 2011

Sobre Arraijanal




En el último tercio del siglo I los habitantes de la Malaca romana asistían a una auténtica fiebre constructiva en su ciudad. No en vano unos años antes el más tarde denostado Domiciano le había otorgado el “ius latii”, lo que la equiparaba jurídicamente con el estatuto que Roma había dado a las ciudades del Latium tras la incorporación de esta región itálica a la República Romana.

En este contexto se elevaron nuevos edificios a la vez que se restauraron otros antiguos, como fue el caso del teatro romano. A esta época parece corresponder la decoración de “opus sectille” que recubría la orchestra y de la que aún existen fragmentos, así como gran parte de la decoración con la que contó la frons scaena.
En la sociedad romana estaba muy extendida una práctica denominada “evergesía”, ésta consistía en que importantes personajes de la vida local o regional se hacían cargo de costear eventos (espectáculos), edificios, estatuas o remodelaciones de importantes espacios cívicos. Y Malaca no fue una excepción. Sabemos por sendas inscripciones que en época flavia, Publius Grattius Aristocles y su esposa Pompeia Phylocyria donaron sendos pedestales de mármol blanco con sus respectivas columnas al espacio escénico en el contexto de la reforma de la frons scaena.



No sabemos en qué sector estaba basada la riqueza de este importante personaje, nos permitimos fantasear un poco, en el fondo no sería arriesgado pensar que poseyera instalaciones de salazones en la costa, actividad que proveía de importantes beneficios a sus propietarios dado el valor que alcanzaba el garum en la metrópoli, y que en las centurias posteriores sería el pilar sobre el que se sustentaría la economía de Malaca.

Por aquella época, a escasas millas romanas de Malaca, junto a la desembocadura del río Guadalhorce (no lejos de donde los fenicios fundasen una factoría unos setecientos años antes) se construyó una villa dedicada en su mayor parte a la obtención de recursos marinos y a la fabricación de garum. Siguiendo con nuestra fantasía bien podría haber pertenecido a P. Grattius Aristocles, quien con las cuantiosas rentas que las instalaciones le proveían, podía hacer generosas donaciones y por ende intervenir en función de sus intereses en los asuntos locales. La villa de Arraijanal parece abandonarse hacia el siglo III, siendo un paraje deshabitado que ha permanecido prácticamente ajeno a la mano del hombre a lo largo de cientos de años. Parte de las tierras fueron campos de labor y en el resto la naturaleza dio lugar a una franja costera virgen que contaba con la presencia de especies vegetales propias de este tipo de ecosistemas así como dunas de arena.

A principios del siglo XX se instaló en el lugar un cuartel de la Guardia Civil destinado al control de la costa. Éste era conocido por la gente de mar como “La Pitilla”, además cuentan, que debido a lo inhóspito del lugar en invierno (por el frío, la humedad y los temporales de levante) era destino de agentes sancionados por lo que era un destino poco ansiado. Allá por los años 70 dejó de tener uso, ello lo sumió en un estado de abandono y ruina que le confirió un fantasmagórico aspecto e hizo de sus muros una estampa típica de la zona hasta que el terreno fue subastado en 2008 y se procedió a la demolición de los restos.



En los distintos planes de ordenación urbana de Málaga (PGOU) este espacio venía siendo calificado como urbanizable. Así en los años 80 se construyeron dos viales desde la carretera del Campo de Golf hasta la playa como parte del inicio de la urbanización de la zona. Las distintas parcelas que componían el paraje pertenecían a diversos propietarios hasta que la empresa constructora Sacyr-Vallehermoso se fue haciendo con la mayor parte de las propiedades (en torno al 60%). Así se planteó la construcción de hoteles y varios cientos de viviendas en los terrenos del paraje. Incluso se llegó a anunciar una gran marina que pretendía llevar el mar tierra adentro creando una estampa que recordaba a Puerto Marina en Benalmádena. El Ayuntamiento de Málaga dio su total apoyo al proyecto a la vez que diversos colectivos se opusieron al mismo por la pérdida del último tramo de playa virgen de la capital. En este sentido y en el contexto de permanente confrontación entre administraciones, la Junta de Andalucía desautorizó el plan a la vez que habló de la creación de un gran parque metropolitano de 54 hectáreas que según el Plan de Ordenación Territorial de la Aglomeración Urbana de Málaga (POTAUM) de 2009, preservaba los terrenos de la construcción.



Pero llegó la crisis en una provincia cuya economía estaba basada en el ladrillo, el resultado es uno de los mayores índices de desempleo a nivel nacional, y es aquí donde aparece la figura de Abdullah Bin-Nasser Al-Thani un jeque qatarí (emparentado con la familia real de aquel emirato) que adquirió el Málaga C.F en 2010.

El resto de la historia es conocida por todos, el señor Al Thani se ha comportado como un auténtico evergeta del siglo XXI, ¿cómo?, con dos de los elementos más aglutinadores de la sociedad actual, trabajo y fútbol (panem et circenses).
En una ciudad en la que el fútbol moviliza masas sólo salen a la calle a festejar los triunfos futbolísticos (y no cuando les pretenden desmontar gran parte del Estado del Bienestar), no había mejor jugada para aterrizar con una cartera llena de negocios que hacerse con un equipo de fútbol cuya trayectoria en primera división daba pocas satisfacciones, y cuyos dueños no podían aspirar a fichar grandes estrellas. Así con el fichaje de jugadores como Baptista, Joaquín, Cazorla, Van Nistelrooy, ganó una primera batalla, la de la opinión pública, el Málaga sería un gran equipo, y todos contentos.

El otro “caramelo”, es son los puestos de trabajo que generaría el jeque si sus planes eran satisfechos. Un gran equipo necesita un gran estadio, y el de la Rosaleda no debe ser digno pese a haber sido totalmente renovado hace escasos años con fondos públicos. Así se habló de construir el denominado Qatar Stadium, un espacio para 65000 espectadores junto a una ciudad deportiva en la zona del Puerto de la Torre. Sin embargo pronto hubo un cambio de planes y ahora se habla de elevar la ciudad deportiva en la zona de Arraijanal (junto con un parque acuático y oficinas) mientras que el estadio lo haría al otro lado de la autovía, y claro habiendo dinero (y mucho) de por medio, todas las administraciones están de acuerdo, más cuando Al-Thani se compromete también a realizar el parque metropolitano de su bolsillo en otra muestra de evergesía.

Queremos que quede constancia de que no nos oponemos ni al jeque ni a su proyecto de club, sino a que sea semejante proyecto sea elevado en Arraijanal, existiendo espacios en los cuales medio ambiente y ciudadanía no se viesen afectados.
Hay una serie de razones que deben ser tenidas en cuenta antes de permitir intervenir en una zona tan sensible:

- No es de recibo que la legislación y las administraciones se plieguen a la voluntad e intereses particulares.
- Se trata del último tramo de playa virgen de la costa.
- Consideramos que la totalidad de los terrenos de dicho paraje deberían acoger un parque que recuperase la flora y fauna propias de este ecosistema como bien se planeó en su momento.
- La zona cuenta con importantísimos restos arqueológicos del tipo del Cerro del Villar (uno de los yacimientos fenicios más importantes de occidente), restos púnicos y una villa romana de la que sólo se ha excavado una parte.
- La zona ha venido padeciendo una gran presión urbanística durante los últimos años (Plaza Mayor, Decatlon, Leroy Merlín, Ikea, etc) sin que se haya contemplado prolongar el recorrido del metro hasta aquí. Sin ir más lejos la autovía se colapsa en la entrada a estos espacios comerciales, no queremos imaginar qué ocurriría si además se sitúa este gran estadio en la zona.

Pese a que barrios como San Julián y Guadalmar carecen de infraestructuras tan básicas como centro de salud, biblioteca, instituto o un transporte público de calidad, se pretende seguir “cargando” la zona con focos de afluencia de masas, sin que los vecinos de la zona vayan a ver mejorada su calidad de vida.

La jugada tiene otros elementos de gran brillantez, uno de ellos es la firma de un convenio entre el club de fútbol y la Unesco para promover la cultura de la paz, maniobra que supone el reconocimiento de la labor del club por uno de los más importantes organismos internacionales.



La actitud mostrada en todo el proceso por el Ayuntamiento de Málaga y en particular por su alcalde Francisco de la Torre es hasta cierto punto coherente con sus políticas. Con unas arcas municipales raquíticas y una de las deudas municipales más abultadas de este país, es difícil renunciar a los ingresos generados por convenios urbanísticos de este calado.

Existe una plataforma en Facebook llamada "Salvemos Arraijanal", de libre acceso, en la que econtrarán tanto un proyecto alternativo para este lugar como fotografías del espacio.

A la espera que la movilización ciudadana de sus frutos frente a la incompetencia de la clase política los especuladores se frotan las manos.

Poderoso es don dinero (…)

Las imágenes han sido extraídas de internet en su mayor parte.

martes, 25 de octubre de 2011

Encuentro en Defensa de la Ciudad y el Patrimonio, entre los días 28 y 30 de Octubre



Durante los próximos días 28, 29 y 30 de octubre tendrá lugar el I Encuentro en Defensa de la Ciudad y del Patrimonio. Les invitamos a que acudan a estas interesantísimas jornadas en las que se tratarán temas de actualidad en lo que al Patrimonio local se refiere.

Tienen el cartel con la programación de las charlas y actos.

No falten.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Calle Chinchilla y Museo del Vidrio








Málaga nunca se caracterizó por tratar con mimo ni a sus hijos ilustres ni a aquellos que decidieron contribuir generosamente con ella (exceptuando a la Sra. Thyssen y a Antonio Banderas), hay verdades dolorosas que jamás oirán de la boca de los políticos locales...

En Málaga hay museos de primera y de segunda, a unos se los pasea por el mundo, se les dota de presupuestos millonarios, se los publicita y se los cuida (cosa de la que me alegro enormemente), a otros (por no decir a sus propietarios), se los “oculta”, no se incluyen en los circuitos turísticos de la ciudad, se los rodea de miseria, basuras, edificios en ruinas y ya hasta de conatos de incendios…

Tras haber sido derribadas las ¾ partes de la calle Chinchilla (con interesantes edificios domésticos de los siglos XVIII y XIX) se excavó y documentó la existencia de varios hornos de época Almohade, los cuales formaban parte del complejo alfarero que se situó en la zona entre los siglos XI y XVII, y donde con certeza fueron producidas aquellas cerámicas que hicieron de la marca “Málaga” un producto internacional que iba desde el Egipto fatimí hasta la corte Inglesa. Pues si ello fuese poco, un auténtico mecenas y enamorado de nuestra ciudad, Gonzalo Fernández-Prieto, adquirió una antigua casona en la plazuela frente a la iglesia de San Felipe Neri (hoy en plena época de reevangelización de la ciudad ha sido titulada como “Cristo de la Sangre”), y la rehabilitó con excelente resultado para instalar en ella su singular colección de cristal y vidrio y dotar a Málaga de un nuevo espacio museístico.

El estado del inmueble era lamentable, hasta el punto que desde la Gerencia de Urbanismo se databa en el siglo XIX, sin embargo tras decapar la fachada salió a la luz un conjunto de pinturas murales que hablaron de su verdadera cronología, el siglo XVIII, cuando la familia Cassini (relacionada con las obras de construcción de la vecina iglesia de San Felipe Neri) levantó esta casa en torno a 1761.

Éste no es el único ejemplo de vivienda con pinturas murales de la zona; el denominado como "Barrio Alto" contaba con un buen número de inmuebles con este tipo de decoración, muchos de ellos han desaparecido, siendo actualmente los más famosos -junto con el que hoy tratamos- el Instituto Vicente Espinel, la iglesia de San Felipe Neri o el Centro cultural de la Generación del 27 (antigua Gota de Leche).

En la planta baja se simula un despiece arquitectónico mediante líneas incisas en el paramento, este espacio aparece desprovisto de color, jugando la geometría un gran protagonismo en el efecto que se pretendía conseguir. Este tipo de pintura mural tiene sus paralelos en lugares como la iglesia de San Juan o en la calle Tomás de Cózar nº 13 (actualmente sede de los baños árabes el Hammam) donde sí se introdujeron tonalidades de negros y grises.

En el primer piso se situaban cuatro escenas mitológicas o alegóricas dentro de sendas tondas con forma de T, de las cuatro escenas que existieron se conservan tres, una escena de lucha entre seres monstruosos, otra de un ave sobre una peana y un busto sobre una pilastra. Todo el paramento de la primera planta se decoró simulando ladrillos de color rojo. Por su parte la cornisa aparece recorrida por elementos vegetales. La restauración de estas pinturas fue encomendada a la empresa Quibla Restaura de la mano de Estrella Arcos y Joaquín Gallego.

En el resto de la casa el respeto hacia lo original ha marcado las pautas en la rehabilitación, así se ha conservado el magnífico patio (donde se han instalado macetones de la recientemente cerrada fábrica de los Hermanos Morillo en la Colonia de Santa Inés), las vigas de los techos, ventanas, rejerías, etc. Como dato curioso, la portada de acceso al museo se encuentra descentrada, ello se produjo tras un terremoto que afectó a Málaga a finales del siglo XIX, habiendo entendido su propietario que esta “anomalía” formaba parte de la historia de la casa, se decidió dejar la puerta tal cual.

Todo ello se llevó a cabo sin la ayuda de ninguna administración ni en lo económico ni indirectamente en la mejora del entorno. Pese a los continuos llamamientos tanto de D. Gonzalo como de distintos colectivos para que se adecentase la zona, nada de ha hecho al respecto. En el pasado año se habló de la posibilidad de ampliar el museo hacia la calle Chinchilla y crear en ésta un centro de interpretación de la cerámica islámica junto con tiendas de artesanía. De hecho el Ayuntamiento de la ciudad llegó a redactar un proyecto valorado en casi 2,5 millones de euros del que no se ha vuelto a tener noticia.

Mientras tanto el solar de la calle Chinchilla fue acumulando basuras y desechos de los “ciudadanos ejemplares” que allí las arrojaban, mientras que el Ayuntamiento, retiró recientemente varios cubos de basura de la zona. El fin de la historia no podía ser otro, la pasada semana se desató un conato de incendio en dicho solar que por suerte no fue a más. Ante esto (y no sabemos si por la cercanía de las elecciones autonómicas) la Junta de Andalucía ha sacado a licitación la construcción de una serie de viviendas de protección oficial en dicho solar que dan al traste con el centro de interpretación.

¿Alguien se imagina cómo debe sentirse alguien venido de fuera para compartir lo mejor que tiene con una ciudad que no es la suya y ser tratado de esta manera?, de ingratos está el mundo lleno, ¡qué paciencia tiene el pobre de Gonzalo…!

sábado, 10 de septiembre de 2011

Pasaje de Valentín Martínez








En el barrio de las Lagunillas, dentro del espacio comprendido entre las calles Cobertizo del Conde, Huerto del Conde y Alonso Benítez se encuentra uno de los conjuntos decimonónicos más interesantes de la ciudad. Durante la década de 1860 el arquitecto municipal Cirilo Salinas, proyectó un conjunto urbanístico que dio lugar a la apertura de un nuevo pasaje, el de Valentín Martínez. Se trató de una serie de edificios destinados a acoger diversas viviendas unifamiliares.

Tipológicamente el conjunto es de gran sencillez, construcciones con bajo más dos alturas. Una línea de imposta separa el bajo de la primera, mientras que en las plantas superiores no existe separación entre ambas. Las fachadas exteriores tienen balcones de tubo siendo de más vuelo los de la primera planta. Recorre el conjunto a modo de canalón un conjunto de tejas vidriadas en verde para facilitar la evacuación de las aguas de lluvia. En las esquinas de los edificios, la estructura se reforzó (más con un carácter ornamental) con sillares de cantería.

En este espacio se conjugan algunas de las ideas higienistas de la arquitectura decimonónica, estancias bien ventiladas, patios interiores (con una doble funcionalidad, iluminar y ventilar), viviendas más espaciosas, agua corriente, etc.

Pese a contar con protección arquitectónica de Grado II, las sucesivas reformas emprendidas por los distintos propietarios no han respetado la unidad estilística del conjunto, así se han suprimido balcones originales, eliminado ventanas, modificado alturas y recientemente durante la restauración del inmueble situado en el pasaje de Valentín Martínez nº 1 (haciendo esquina con la calle Cobertizo del Conde) se han eliminado (acabaron en una cuba de escombros) los antiguos canalones vidriados y han sido sustituidos por otros actuales de pvc.

En las imágenes pueden ver el conjunto antes y después de la intervención así como los antiguos canalones de cerámica vidriada en verde (hoy desaparecidos).

viernes, 12 de agosto de 2011

Derribo en calle Madre de Dios nº19 y 21


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Málaga como ciudad cosmopolita, moderna y abierta donde las haya pretende situarse a la vanguardia del “progreso”, el buen hacer y la arquitectura de calidad, ello se percibe en el inmenso desdén hacia aquello que representó la mediocre ciudad del pasado según la visión de los técnicos de la muy afanada Gerencia Municipal de Urbanismo.

En estos días se está procediendo a la demolición de los inmuebles números 19 y 21 de la calle Madre de Dios, edificios que correspondían al siglo XIX, y cuyo estado de conservación hubiese permitido una correcta rehabilitación que los hubiese devuelto a su antiguo esplendor.

El inmueble número 19 corresponde a una obra del último cuarto del siglo XIX. Tipológicamente se trata de una vivienda de planta baja más dos alturas. En las alturas superiores se abren cuatro balcones por planta, siendo antepechados los centrales y con hermosos cierros de madera los de los extremos.

Pese a haber sufrido importantes reformas posteriores, el número 21, también de la segunda mitad del siglo XIX, conservaba dos balcones con arbotantes que le daban un cierto aspecto arcaizante. Así tras haber sido despojado de herrajes y balconadas, se ha comenzado su completa demolición, sin ni siquiera hacer uso del tan manido “fachadismo” que en muchos casos impera en nuestra ciudad.

No muy lejos de allí, hoy se ha abierto al público la parte central de la Plaza de la Merced, la cual dicen ha ganado en espacio, a la vez que ha perdido en sombra, los hermosos bancos marmóreos, los desniveles que circundaban el obelisco, los guijarros, los kioscos y los palomares. Si bien las obras no se finalizarán hasta octubre lo cierto es que la obra ha contribuido innecesariamente a la pérdida de algunos elementos señeros de tan importante espacio cívico.

sábado, 2 de julio de 2011

Antiguos Baños de las Delicias y Sala María Cristina



Vista aérea del espacio.


El antiguo convento de San Luís el Real llegó a ser uno de los más importantes centros religiosos en la Málaga de la Edad Moderna. No en vano su propio nombre ya nos pone en preaviso sobre quienes fueron sus fundadores. Tras la toma de Málaga a los nazaríes, los Reyes Católicos cedieron a la orden franciscana tanto terrenos como materiales para empezar a erigir el complejo religioso.

Ésta obra iniciada en estilo mudéjar se fue ampliando sucesivamente gracias al patronazgo de importantes personajes locales y a la instalación en su iglesia de muchas de las cofradías más pujantes de la villa. Así se fueron añadiendo capillas funerarias a la obra original hasta configurar uno de los espacios religiosos de más envergadura de la ciudad.

Sin embargo dada la precariedad de la obra original (por lo humilde de sus materiales) y los continuos destrozos producidos por parte de las crecidas del río Guadalmedina, hicieron necesarias continuas obras de reparación en la fábrica del complejo, siendo las más importantes las ejecutadas a lo largo de la centuria dieciochesca y que según los documentos conservados le dieron a la capilla un aspecto barroco. Con la llegada a Málaga de las aguas del acueducto de San Telmo, se construyó una fuente en la parte trasera del convento (hoy en calle del Cristo), esta fuente servía además para recoger aguas destinadas al riego de las huertas del cenobio. Su ejecución parece deberse a Aldehuela y se fecha hacia 1790. Tipológicamente se resuelve mediante un pilón de ladrillo adosado a la pared del que surgen dos mascarones(entre los cuales existe un escudo franciscano), que vierten directamente a la taza de piedra blanca. El conjunto se remata por un frontón curvo coronado por bolas.



Fuente de calle los Cristos.


Al igual que otros muchos edificios religiosos de la ciudad, el convento fue desamortizado en 1836. En un principio se pensó en la instalación de una escuela de artes y ciencias la cual nunca llegó a llevarse a cabo. Un año después el arquitecto Rafael Mitjana redactó un informe técnico sobre la situación ruinosa del conjunto por encargo de Antonio María Álvarez. En este documento se hablaba del expolio que habría sufrido el edificio y el avanzado estado de ruina en el que se encontraba. Álvarez presionó a las autoridades a que se deshiciesen del conjunto, y así, tras ser sacado a pública subasta, fue adjudicado al único postor, que no fue otro que el propio Álvarez. Este personaje puede considerarse como uno de los mayores especuladores de la época, no en vano, a él también se debió la construcción del pasaje que llevó su nombre, el Pasaje de Álvarez (hoy de Chinitas), construido sobre el antiguo convento de las Agustinas Descalzas en la antigua Plaza Mayor.
De sus antiguos claustros se conservaron algunas columnas que hasta 1975 quedaron integradas en el antiguo convento de las Madres Reparadoras, año en que se procedió a su demolición.

Tras el derribo de la mayor parte del conjunto, Álvarez procedió a la reordenación de los espacios con la apertura de varias calles, la construcción un conjunto de viviendas, unos baños y la primera plaza de Toros como tal de la ciudad (las anteriores habían tenido un carácter provisional). Esta plaza al igual que las viviendas que se elevaron en lo que en otro tiempo habían sido las huertas del convento fueron encargadas al arquitecto Rafael Mitjana, mientras que los baños fueron trazados por José Trigueros.



Proyecto para la fachada de los baños de las Delicias.



Estado actual de la fachada de los antiguos baños.


Estos baños tenían un trazado de clara influencia romántica, muy en boga en la época, así se elevaron columnas, templetes, fuentes ornamentales y arcadas que se veían complementados con los jardines situados en las antiguas huertas del convento. Hoy en día se conservan algunos restos de estos baños integrados en el garaje de las Delicias, aunque el conjunto está muy alterado. Sin embargo contamos con un grabado de la época realizado durante la visita de la Reina Isabel II a la ciudad en 1861 durante su presencia en una corrida de toros. En este grabado podemos ver a la reina junto a una de las fuentes de los antiguos baños, fuente que se resolvía como un pequeño templete circular escalonado que es el mismo que hoy en día se halla en el garaje.



Grabado de la visita de Isabel II a los baños.


Parte del edificio fue ocupado por el antiguo Liceo de Málaga cuyas obras acabaron en la década de los setenta del siglo XIX. Por este tiempo en la antigua iglesia se instaló la sala de conciertos de la Sociedad Filarmónica de Málaga, este espacio conservó parte de los muros del templo como demuestran imágenes de los años cuarenta del siglo XX.



Vista lateral de la antigua iglesia y del torreón mudéjar antes de construirse el garaje.


En la decoración de los techos de esta sala intervinieron los más selectos pintores de la época en Málaga, figuras como Martínez de la Vega, Denis Belgrano, Javier Cappa o José Nogales contribuyeron a hacer de este espacio uno de los lugares de mayor interés patrimonial de la ciudad tanto por la calidad de las obras que alberga como por lo refinado de la decoración del conjunto. Dentro del edificio destaca el salón Mudéjar (por la decoración neomudéjar que presenta, el salón de los espejos, el cual conserva sendas pinturas de carácter floral obra de José Nogales sobre dos espejos que se habían visto afectados por el terremoto de 1884 o el imponente salón de actos con todo su techo plagado de pinturas de Belgrano, Martínez de la Vega y Cappa.



Fragmento de la Coronación de Dante obra de Martínez de la Vega.



Salón de actos con parte de la obra "La Aurora" de Denis Belgrano.


En 1880 Eduardo Ocón Rivas transformó la antigua Sociedad Filarmónica en el Real Conservatorio María Cristina, nombre que aún ostenta la sala, pese haber sido trasladado el Conservatorio al Ejido en los años setenta.

El edificio sufrió algunas reformas a lo largo del siglo XX. La portada de su fachada que hoy en día podemos ver, fue trasladada desde el antiguo palacio de Valdecañas. En 1975 fue intervenido por Enrique Atencia por iniciativa de la Caja de Ahorros de Ronda (hoy Unicaja), interviniéndose sobre el torreón de tradición gótico-mudéjar situado a los pies del edificio. La última intervención fue llevada a cabo en el año 2009 (también por Unicaja) con el propósito de restaurar el conjunto para que pudiese seguir acogiendo representaciones musicales, dotarlo de mejores servicios y hacerlo más accesible.

Lo cierto es que la restauración llevada a cabo en el antiguo conservatorio ha recuperado todo su esplendor. Sin embargo los antiguos baños se encuentran totalmente olvidados por parte de su propiedad, de hecho no se nos autorizó a tomar imágenes de los restos que aún existen dentro del garaje.

Un espacio con tantísima riqueza histórica y arquitectónica debería ser recuperado y puesto en valor, ello revitalizaría una zona bastante "olvidada" inmediata al Centro Histórico de la ciudad.

martes, 31 de mayo de 2011

Calle Esperanza nº4









Comunicando las calles Victoria y Lagunillas, se encuentra la calle Esperanza, espacio que en otro tiempo estuvo jalonado de humildes viviendas domésticas que como gran parte del barrio han sucumbido a la dejadez institucional hacia esta zona.

En el punto más estrecho de la vía, ya enfilando la salida a la calle Victoria, se encuentra a nuestro juicio el edificio más interesante de la calle. Un sencillo inmueble con planta baja más una altura que por sus características estilísticas se situaría a fines del siglo XVIII, constituyendo el único ejemplo de esta centuria en la zona.

Las grandes construcciones de los años 60 y 70 con los que linda prácticamente lo dejaron "encajonado" en la trama urbana en la que se inserta, así en su fachada principal se abren sendos solares que parecen augurar su triste destino a juzgar por el lamentable estado de abandono que manifiesta.

En sus fachadas son de destacar la disposición asimétrica de los vanos, la decoración mural a base de líneas rehundidas en el paramento (decoración textural), las rejerías y por supuesto el gracioso balconcillo que se abre sobre la puerta de entrada.

A la espera de que la piqueta se cebe con él, este edificio asiste a la desaparición de uno de los barrios más tradicionales de Málaga, el barrio de las Lagunillas, a medio camino entre el señero de la Victoria y el Centro Histórico.

viernes, 6 de mayo de 2011

Nuevas agresiones en el entorno de la Judería







El entorno de la judería malagueña sigue sumando agresiones en lo que parece ser el camino hacia su total desaparición.

Si bien el palacio Solesio o Marqués de la Sonora parece estar condenado ya al olvido tras la suspensión de las obras del hotel de lujo que iba instalarse en él (no sin antes derribar prácticamente todo el conjunto como ya reflejamos en nuestro blog), el inmueble anexo (el nº 51 de la calle Granada, haciendo esquina con la calle Beatas nº 55), se sumará próximamente al conjunto de inmuebles que desaparecen en uno de los entornos más castigados de nuestra ciudad.

Cronológicamente se trata de un ejemplo de arquitectura del barroco civil malacitano con importantes reformas posteriores en las que se modificaron tanto los balcones como algunos vanos. Sin embargo aún conserva un interesante canalón de cerámica vidriada típicamente dieciochesco.

Pese a estar a escasos treinta metros del Museo Picasso, junto al Torreón Mudéjar(también víctima de una intervención que supuso su total descontextualización en el entramado urbano en el que se insertaba) y en el entorno inmediato de un BIC como es la iglesia de Santiago, este edificio carece de protección arquitectónica, reduciéndose la protección a la de carácter ambiental.

Así, y pese a que su aspecto exterior es bueno, el pasado 26 de enero pasó tener la declaración de ruina. Ello implica que la propiedad tiene un año para acometer las mejoras necesarias para su conservación, o bien su demolición, siendo la segunda opción la que acaba imponiéndose en la mayoría de los casos. Sin embargo esto no es lo peor; una vez demolido el edificio se aumenta la edificabilidad del solar con la adición de mayores alturas a las que existían en origen, y es esta la causa de que a los propietarios/promotores les sea mucho más rentable demoler frente a restaurar.

Por si todo esto fuese poco, justo frente de este inmueble, cerrando el solar donde “se inventará” la denominada Plaza de la Nieve, se alza la estructura del nuevo mesón Blas Palomo. El antiguo, ubicado el mismo lugar que el anterior, junto a la popular bodega “El Pimpi” fue demolido para dar paso al plan de la judería. Por lo que actualmente puede apreciarse, mucho nos tememos que el nuevo proyecto perturbará más aún el espacio haciendo uso de enormes cristaleras (siempre a juzgar por los grandes vanos).

Es curioso que ni en plena campaña electoral se hayan lanzado a adecentar un poco este espacio situado en el corazón del Centro Histórico, espacio por el que diariamente pasan decenas de turistas. De nada sirve que el Ayuntamiento contrate monitores de baile para “animar” a aquellos que nos visitan, si calles más arriba tienen un panorama más propio de la España de los años cuarenta.

sábado, 9 de abril de 2011

Mezquitas funerarias de la calle del Agua






En un solar del número 22 de la calle del Agua tuvo lugar a finales de los años ochenta uno de los más singulares hallazgos arqueológicos de nuestra ciudad; se trataba de dos mezquitas funerarias únicas en Al-Ándalus.

En la ladera del monte de Gibralfaro, se situó la mayor necrópolis islámica de la ciudad, el cementerio de Yabal Faruq, que a su vez es el de mayor extensión de todo Al-Ándalus. La pervivencia de este espacio como lugar de enterramiento data de mucho antes de la dominación islámica, no en vano en esta misma ladera también se documentó un hipogeo púnico y más tarde una necrópolis bajoimperial con enterramientos infantiles dentro de ánforas.

Pese a la importancia histórica de esta zona, en la Malaqa andalusí se ubicaron otros cementerios, como es el caso de las necrópolis emirales de la Plaza de la Marina y las del entorno de Félix Sáenz-Olózaga, o en el aparcamiento del Corte Inglés, todos ellos con una pervivencia en el tiempo mucho más limitada.

Los límites de la necrópolis de Yabal Faruq iban desde la falda del monte de Gibralfaro hasta la ladera de la colina del Ejido, en la zona de la Cruz Verde y la calle Carrión. El espacio estaba atravesado por el arrollo del Calvario (curso de agua irregular que discurría por lo que hoy es la calle de la Victoria).

Durante la excavación arqueológica del solar se documentó la presencia de tres grandes estructuras, dos de ellas respondían a la tipología de mezquitas funerarias con Mihrab en el muro de la Quibla orientado hacia el este, la tercera era un panteón algo posterior a las anteriores.

Las dos mezquitas fueron construidas con una cronología distinta pero cercana en el tiempo, estando datadas en el siglo XII. Según se deduce de la investigación arqueológica llevada a cabo en el yacimiento, tras llenarse de enterramientos la más antigua, se elevó una segunda que siguió el mismo modelo que su antecesora. Ambas construcciones destacan por su sencillez; siguiendo el precepto islámico de no edificar sobre las sepulturas, las mezquitas carecen de puerta y de cubrición, no alcanzando sus muros más de metro y medio de altura, éstos carecen de decoración con la excepción de piedras embutidas en el estuco de su parte externa.

A principios del siglo XIII, se construyó junto a este espacio un panteón que a diferencia de las anteriores incluyó un completo programa decorativo en sus muros. Así aparecen paños de sebka (en su primera manifestación en Málaga), estrellas de ocho puntas, octógonos y árboles de la vida.

Posteriormente estos espacios siguieron acogiendo nuevos enterramientos, así se han documentado hasta cinco niveles de sepulturas superpuestas. Los difuntos, que en su origen debieron estar amortajados con un sudario, aparecen colocados decúbito lateral derecho y mirando hacia el este.

Dada la singularidad de este espacio a nivel peninsular, existen distintas hipótesis en cuanto a su significado. Se habló de la posible presencia de un santón sepultado en este espacio en torno al cual se entierran otros individuos. Por otro lado también se la relacionó con un espacio funerario para algunos miembros de la élite local, aunque dada la prohibición coránica de introducir ajuares en las tumbas no puede confirmarse esta teoría. Sí se encontraron elementos de estelas de mqabriyya y de orejas, junto con clavos (los cuales apuntan la presencia de ataúdes), madera, candiles y un curioso recipiente cerámico con la base horadada al cual se da una utilidad relacionada con libaciones.

Las fuentes islámicas nos hablan de una zona arbolada jalonada por rawdas privadas que invitaban al paseo, así como de panteones familiares y mausoleos. El espacio encontró su ocaso con la conquista cristiana de 1487 y la posterior parcelación y expolio de la zona.

Dada la importancia del yacimiento, la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, lo integró en los bajos del edificio proyectado en el solar. Tras más de veinte años a la espera de ser puesto en valor, recientemente se dieron los pasos que hacían pensar en una cercana apertura al público. Así se elaboró un proyecto museológico en el cual se introdujeron elementos novedosos como la recreación del espacio en 3D, se instalaron pasarelas y se colocaron paneles explicativos.

Todo apuntaba a que su inauguración iba a coincidir con la del centro de Interpretación del Teatro Romano, aunque finalmente no fue así. Algunas fuentes indican que se está a la espera de la licencia municipal. Mientras tanto este excepcional espacio sigue siendo víctima de la desidia institucional.

En las imágenes pueden ver el mihrab de la primera mezquita, una vista perpendicular de las dos mezquitas y un detalle de la decoración parietal del panteón anexo.

viernes, 11 de marzo de 2011

Pasaje de Heredia












La amenaza se cumplió. Como ya veníamos anunciando desde 2009, el antiguo Pasaje de Heredia, entre la plaza de la Constitución, calle Granada y San Telmo, estaba experimentando una brutal agresión que tiene como resultado la actual imagen que presenta.

Lo que fue vendido como una rehabilitación, ha supuesto la práctica destrucción de uno de los primeros ejemplos de pasajes comerciales de la España liberal.

En el contexto de la Desamortización Mendizábal, la práctica totalidad de la manzana comprendida entre el colegio de San Sebastián (hoy sede del Ateneo de Málaga) y la antigua cárcel municipal, pasó a manos del empresario Manuel Agustín Heredia. Tras la demolición de las antiguas edificaciones, se piensa que Cirilo Salinas (a la postre maestro de obras municipal) trazó el famoso Pasaje de Heredia, un espacio cruciforme distribuido desde una plazuela central, espacio que se elevó a partir de 1837. Siendo por ello el primero de sus características en España y casi coetáneo con otros ejemplos europeos.

Este espacio conjuga a la perfección algunos de los ideales de la época. Por un lado, se trataba de un espacio abierto, bien ventilado, muy en consonancia con doctrinas higienistas de la época (recordemos las epidemias de cólera que asolaron Málaga entre 1833 y 1834). Por otro, se introdujeron elementos innovadores para la arquitectura de la época; así para sustentar los edificios, se fundieron una serie de columnas dóricas de hierro, las cuales se instalaron en los bajos enmarcando las entradas a las tiendas. Estas columnas además de suponer un elemento vanguardista, nos recuerdan, además, una de las bazas económicas de su promotor Manuel Agustín Heredia, los Altos Hornos de Málaga.

A raíz de la reforma del espacio, éste ha perdido su antiguo significado, se le ha añadido una planta más junto con un ático, se han alterado los vanos de la fachada, las rejerías y molduras originales se han eliminado. El pasaje en sí ha desaparecido y ha quedado englobado por la planta añadida y por unas enormes cristaleras que distorsionan notablemente la visión del conjunto. Únicamente se han salvado las columnas de forja dado que son un elemento puramente estructural.

Málaga, que podría presumir de contar con el primer pasaje comercial de España, lejos de protegerlo, lo transforma radicalmente en la intervención urbanística más agresiva llevada a cabo en los últimos años en la plaza.