martes, 24 de febrero de 2009

Calle Camas




La calle Camas fue hasta hace unos años uno de los lugares más típicos de Málaga pese a su ambiete decadente. Su nombre hace referencia a las posadas que se establecieron en su entorno desde la Reconquista, aunque finalmente se lo acabó relacionando con la prostitución. De este pasado apenas queda hoy el actual Museo de Artes y Costumbres Populares en el antiguo mesón de la Victoria, un bello edificio del siglo XVII hoy en día aislado en su entorno tras la demolición de su construcción colindante, el patio de "los Díaz" edificio singular del siglo XVIII.
Tras la completa destrucción de la vía, se abrió la actual plaza que hoy en día ocupa el mercado "temporal" mientras se rehabilita el de Atarazanas. En las excavaciones del solar apareció un embarcadero de época romana -hay quien dice que podría tratarse de un puerto incluso-, además de importantes restos musulmanes, todos ellos destruídos para la construcción del parking que es lo que sí deja dinero en las arcas municipales y no la cultura.
Esperemos que el edificio de la imagen sito en la calle Marqués soporte el abandono y la desidia de sus propietarios así como las ansias destructivas de los constructores. Se trata de un bellísimo ejemplo de arquitectura civil de finales del siglo XVIII o principios del XIX, con un balcón corrido en el primer piso, siendo individuales los del segundo. Sería desable una buena rehabilitación que a su vez eliminase la farola que tanto contribuye a romper el lenguaje de la construcción y que salvase para Málaga otro de sus retazos de su maltrecha arquitectura civil. La calle Camas ya pasó a la historia y poco puede hacerse ya por ella.

miércoles, 11 de febrero de 2009

Entorno del Guadalmedina, pasillo de Santa Isabel.


La imagen tiene poco que comentar, la planificación urbanística de Málaga ha desembocado en esto, en un centro histórico encajonado entre imponente construcciones contemporáneas que impiden la visión desde cualquier punto del otro lado del río. Lo que debiera servir de escarmiento poco importa a los políticos, más ahora que las arcas municipales no se nutren de la especulación que se ha cebado con la zona en los últimos años. Esperemos que el hotel de Moneo sea una realidad, eso sí, lejos del centro de la capital...